miércoles, 25 de febrero de 2009

ARTE ACTUAL-ARTE CLASICO

ENSAYO: ARTE ACTUAL Y ARTE TRADICIONAL

El problema que siempre ha existo en torno al arte se debe en parte por su carácter elitista, ya que, al tener frente a nosotros a un escaso número de personas que pertenecen al ámbito artístico, ya sea por sus intereses, gustos o profesión; nos enfrentamos de este modo a una población no educada respecto al arte. Y la poca formación respecto a la belleza que se ha alcanzado a lo largo de un par de siglos en la memoria colectiva, se ve amenazada ante nuevas formas de arte que se separan de lo clásico, de lo que se nos acostumbro a ver y considerar como bello.
Por otra parte, la estética (entendida como la rama de la Filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza) enmarca diferentes categorías que no son muy reconocidas, lo grotesco, por ejemplo. A la vista de un público general, el arte es percibido de acuerdo al impacto visual de éste en el espectador, a su capacidad de emocionar y hacer recordar. Pocas veces se toma en cuenta la técnica o la maestría del autor en la apreciación de su obra.
El arte se considera como una de las supremas actividades conscientes del ser humano, en la que se expresan ideas, emociones, etc.; a partir de una singular concepción del mundo. Y es aquí que encontramos la trampa del arte; nos envuelve tocando las fibras más finas del inconsciente colectivo. Puede dejarnos ser parte de una realidad alterna, o solo mantenernos espectando y en ambas formas, nos motiva a imaginar, soñar, sentir y hasta añorar lo ideal, lo inalcanzable. Es por esto, que el arte es un descompresor de la realidad, aunque sea por un instante puede hacernos sentir bien, aunque solo seamos público.
El debate acerca del arte tradicional y el arte contemporáneo, surgió entre otras personas, en el contexto de Marcel Duchamp; ha marcado seriamente la forma de observar el arte en sí mismo y su crítica, que generalmente se vuelca en contra de las manifestaciones artísticas como lo son la instalación y el performance, por considerar al arte actual pobre frente al arte clásico, y hablar de esta forma, de una muerte del arte y de las “buenas ideas”.
El arte no puede nombrarse como supremo en el renacimiento y como deficiente en la actualidad. Bastaría hacer un recuento de la historia del arte y sus etapas para darse cuenta que tanto los temas como las funciones (y por consecuente, las formas) han tenido que cambiar de la misma forma que las sociedades y las ideologías; y el arte solo ha pasado por procesos y etapas.
La intención del arte en la época prehispánica era pura mente ritual. La importancia del clásico radica en la representación de la belleza en base a un ideal. En la edad media, la forma se vuelve burda porque la representación trataba de mostrar una escena como en la realidad se observó. El renacimiento, se hizo la representación como una copia fiel a la realidad.
Y fue así que el arte dio pequeños saltos para cambiar de forma e intención, hasta llegar a la más grande ruptura, la abstracción y después seguirse fragmentando dando lugar al arte conceptual. El arte transitó de lo ideal a lo real de lo real a lo abstracto y de lo abstracto a lo posible.
Aunque no todas las manifestaciones artísticas actuales sean de mi agrado o a pesar de que muchas personas hayan dejado de lado la técnica y parezca que cualquier cosa es arte, también estamos conscientes de que hace falta innovar el arte actual; se ha vuelto plano, se vislumbra hueco, y es producto también de una sociedad indiferente.
El arte nunca ha sido comprendido en su totalidad. Los españoles creían que las esculturas, monumentos y diversas representaciones prehispánicas no eran más que burdas y horrendas, y esto es porque habían partido de tradición occidental y de su estética, sin comprender que lo que estaban mirando estaba mas allá de su comprensión y su mente cerrada que quiso entender culturas ajenas con su visión occidental.
De igual forma se ha visto la fotografía con desdén. Se le llama el hijo bastardo de la pintura y se considera un medio para gente sin talento en la pintura. Por otra parte, en Arquitectura, se señaló el constructivismo por marcar la ruptura con la concepción clásica. También se han visto mal las artesanías, sin recordar a sus ancestros inmediatos, los gremios que enriquecían la producción por la especialización de cada uno de sus medios.
Mi postura frente al arte actual no es de completa aprobación. Como ya he dicho, todo el arte ha sufrido transformaciones, ya sea para avanzar (como en el caso del grabado a la litografía y de la litografía a la imprenta, siendo su intensión la reproducción fácil y barata para la transmisión de información) de una u otra manera, o para olvidar características en la busca de la perfección (como en el constructivismo, yo extraño tanto las construcciones decoradas), pero esto no quiere decir que sea bueno o malo; se pueden ganar y perder características.
Lo que a mí no me parece del arte actual es que ha perdido muchas características técnicas, el arte se ha caracterizado siempre por el manejo especializado de habilidades y conocimientos. Y en este momento de la historia, la gente no especializada incursiona en el arte, como un abogado o un veterinario; es como si un artista plástico quisiese hacer una cirugía al corazón. A pesar del enriquecimiento del arte en este aspecto, no considero correcta esta apertura. Desde este punto de vista, se debe conservar un carácter elitista, en el papel de la producción.
Por otra parte, se ha centrado la producción en el discurso y no en el resultado ni en el proceso y esto si ha hecho deficientes ambos, no en todas las situaciones, pero si en muchas y esto es lo triste; que de la mano con la corrupción en el mercado del arte, este sea a la vez abierto y a la vez elitista. Es decir, la situación actual del arte está en manos de los curadores que han tomado un papel sumamente importante que tal vez no les corresponde, y esto a raíz de que más de una generación de artistas producía pero no quería o no podía tener un contacto con el espectador, y fue así que el curador tomó este papel de intermediario, de voz. Aunado esto a los compadrismos que cualquiera creería sólo existen en la política, la situación del arte está en proceso de envenenamiento y requiere a gritos un cambio radical.

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