martes, 9 de septiembre de 2008

COMO HACER UNA TESIS.

Cómo hacer una tesis


Umberto eco plantea los problemas que se le presentan a una persona al momento de hacer una tesis. El primer problema es de índole económico dice que “se puede hacer una tesis digna aun hallándose en una situación difícil, causada por discriminaciones recientes o remotas; Se puede aprovechar la ocasión de la tesis (aunque el resto del período universitario haya sido desilusionante o frustrante) para recuperar el sentido positivo y progresivo del estudio no entendido como una cosecha de nociones, sino como elaboración crítica de una experiencia, como adquisición de una capacidad (buena para la vida futura) para localizar los problemas, para afrontarlos con método, para exponerlos siguiendo ciertas técnicas de comunicación.
Se trata solamente de una serie de consideraciones sobre cómo se llega a poner ante un tribunal de doctorado un objeto físico prescrito por la ley y formado por cierta cantidad de páginas mecanografiadas, que se supone guardará alguna relación con la disciplina en que se doctora y que no sumirá al ponente en un estado de dolorosa estupefacción.
El tipo de tesis a que se hace referencia en este libro corresponde a las que se elaboran en las facultades
de humanidades.

Una tesis de doctorado es un trabajo mecanografiado de una extensión media que varía entre las cien y las cuatrocientas páginas, en el cual el estudiante trata un problema referente a los estudios en que quiere doctorarse.
Según la legislación italiana, la tesis es indispensable para doctorarse. El estudiante, cuando ha rendido todos los exámenes prescritos, presenta la tesis a un tribunal de doctorado que escucha la exposición del ponente (el profesor
con quien «se hace» la tesis) y los comentarios de los demás miembros, que ponen objeciones al doctorando; surge de ello una discusión en la que todos toman parte.
De las palabras de los dos ponentes, que garantizan la calidad ( o los defectos) del trabajo escrito, así como de la
capacidad de que da prueba el aspirante para sostener las opiniones expresadas por escrito, nace el juicio del tribunal.
Por otra parte, calculando la media del total de las notas obtenidas en los exámenes, el tribunal asigna una nota a la tesis, que puede ir desde el mínimo de sesenta y seis a un máximo de ciento diez, cum laude y privilegio de impresión. Por lo menos esta es la regla seguida en casi todas las facultades italianas de humanidades.

He aquí, pues, una primera advertencia: se puede hacer una tesis de compilación o una tesis de investigación. Una tesis de investigación es siempre más larga, fatigosa y esforzada; una tesis de compilación también puede ser larga y fatigosa (hay trabajos de compilación que han costado años y años), pero generalmente puede hacerse en menos tiempo y con menos riesgos.
Pero esto no quiere decir que quien hace una tesis de compilación se cierre el camino de la investigación; una compilación puede constituir un rasgo de seriedad del joven investigador que antes de empezar a investigar por su cuenta quiere tener claras algunas ideas documentándose bien.
Por el contrario, hay tesis que pretenden ser de investigación y que han sido preparadas apresuradamente; son
tesis malas que irritan a quien la lee y no dan gusto a quien la hace.
Por eso la elección entre tesis de compilación y tesis de investigación está ligada a la madurez, a la capacidad de
trabajo del aspirante. Con frecuencia —y desgraciadamente— también está ligada a factores económicos
Hacer una tesis significa: localizar un tema concreto; recopilar documentos sobre dicho tema; poner en orden dichos
documentos; volver a examinar el tema partiendo de cero a la luz de los documentos recogidos; dar una forma orgánica a todas las reflexiones precedentes; hacerlo de modo que quien la lea comprenda lo que se quería decir y pueda, si así lo desea, acudir a los mismos documentos para reconsiderar el tema por su cuenta.
Hacer una tesis significa aprender a poner orden en la propias ideas y a ordenar los datos: es una especie de
trabajo metódico; supone construir un «objeto» que, en principio, sirva también a los demás. Y para ello no es tan
importante el tema de la tesis como la experiencia de trabajo que comporta.
En tales casos las reglas para la elección del tema son cuatro:
1) Que el tema corresponda a los intereses del doctorando (que esté relacionado con el tipo de exámenes rendidos,
sus lecturas, su mundo político, cultural o religioso);
2) Que las fuentes a que se recurra sean asequibles, es decir, al alcance físico del doctorando;
3) Que las fuentes a que se recurra sean manejables, es decir, al alcance cultural del doctorando;
4) Que el cuadro metodológico de la investigación esté al alcance de la experiencia del doctorando.

Así formuladas, estas cuatro reglas parecen banales y
parecen poder resumirse en la norma «el que quiera hacer
una tesis, debe hacer una tesis que esté capacitado
para hacer». Pues bien, es exactamente así, y hay casos de
tesis dramáticamente abortadas precisamente por no haber
sabido plantear el problema inicial en estos términos
tan obvios.

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